Hay quien vio jugar a Juanito Arza, y te lo cuenta; hay quien estuvo en la Colina de Gelsenkirchen, y te lo cuenta; muchos vimos el gol de Puerta que nos dio la llave de la gloria...
Hay quien podrá contar que leyó el libro de Antúnez...
Un libro distinto.
Un libro que desnuda una mentira todavía contada.
Un libro sobre un hecho que pretendió ser el "crimen perfecto", el objeto del "delito" convertido en "delincuente".
Un libro que destapa un hecho trascendental que quedó velado por el humo de la insidia.
El caso Antúnez pretendió privar al Sevilla Club de Fútbol de una liga.
Alguien, que no viene al caso, postuló los Principios de la Comunicación, uno de ellos es el Principio de orquestación. "La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas." De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad."
Si se realizara una encuesta, de esas a las que últimamente estamos tan acostumbrados, y le preguntaran a los sevillanos, incluso a los españoles, ¿qué pasó con Antúnez? la respuesta sería escandalosamente abrumadora en el mismo sentido, el que todos ustedes se imaginan.
Hay quien podrá contar que leyó el libro de Antúnez...
Un libro distinto.
Un libro que desnuda una mentira todavía contada.
Un libro sobre un hecho que pretendió ser el "crimen perfecto", el objeto del "delito" convertido en "delincuente".
Un libro que destapa un hecho trascendental que quedó velado por el humo de la insidia.
El caso Antúnez pretendió privar al Sevilla Club de Fútbol de una liga.
Alguien, que no viene al caso, postuló los Principios de la Comunicación, uno de ellos es el Principio de orquestación. "La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas." De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad."
Si se realizara una encuesta, de esas a las que últimamente estamos tan acostumbrados, y le preguntaran a los sevillanos, incluso a los españoles, ¿qué pasó con Antúnez? la respuesta sería escandalosamente abrumadora en el mismo sentido, el que todos ustedes se imaginan.
Hasta que llega un señor, como Enrique, y decide que ya está bien ser el malo en todas las películas... y empieza a desenmascarar, una por una, todas esas patrañas.
Enrique se ha ido a las fuentes originales, a los periódicos de la época y las publicaciones y normativas que podían tener algo que ver en el asunto.
Como en todas las películas, el malo es como es, gracias a los montajes. Un buen montador puede hacer triunfar o fracasar una película.
Enrique ha investigado las fuentes y ha rescatado los masters en blanco y negro, ha recuperado las secuencias originales y las ha montado con cuidado, como figuraba en el guión original, el de los hechos, fotograma por fotograma.
La cinta mostrada durante años a los espectadores, además de manipular la verdad, convirtió en villanos a muchos honorables personajes, y por ende a sus familias, que tuvieron que soportar las burlas, el descrédito y el arma arrojadiza de un cuento que nunca fue cierto. Podríamos decir que fue un montaje perfecto.
En la película que ha llegado hasta hoy, en algunos episodios, la manipulación que encontró es tan tosca que hasta podría provocarnos la sonrisa, como lo ocurrido con aquella película que se estrenó pocos años después de la historia de Antúnez. La censura no podía consentir que Clark Gable sedujese a una mujer casada, y para solucionarlo decidió modificar el guión, y por consiguiente el doblaje, haciendo creer que Donald Sinden y Grace Kelly no estaban casados, sino que eran tan solo hermanos. Así se contaban las historias en una época no tan lejana.
Lo malo fue que la gente que en aquellos años fue al cine a ver la película no entendía porque dos hermanos se daban besos en la boca, eran tan cariñosos entre sí, dormían en la misma cama y a la vez sentían tantos celos... Así de burdas se presentan algunas de las escenas de este libro.
Lo ejecutado por Enrique es un auténtico trabajo de desmontaje.
Desmontar engaños, desmontar embustes, desmontar historias del abuelito, que cada vez que pasaban los años se iban haciendo más grandes.
Pueden tener ustedes en sus manos un libro que les reconciliará con la Historia, que les va
presentar unos hechos que, pueden dar por seguro, no fueron como se los habían contado.
Van a ver la versión original remasterizada del "Caso Antúnez. Más allá del honor".
Vayan por las palomitas y acomódense en sus localidades.
Estreno próximamente.
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