Ayer no pude ver el partido y tuve que conformarme con escucharlo a ratos por la “arradio”, la titularidad de Negredo ya me ponía los pelos de punta, qué queréis que os diga, una cosa es mala suerte, se te puede dar un partido mal, o dos, quizás tres, pero lo de este chaval ya es sospechoso, que no te llegan balones, pues a buscarlos, lo que no es de recibo y esto ya lo ha hecho varias veces por no decir muchas, es que tu equipo recupere un balón en medio campo o tres cuartos y que no pueda montar una jugada porque el chaval VIENE DEL FUERA DE JUEGO ANDANDO, cuando hacía ya dos días que tenía que estar en posición de recibir el balón para tirar o pasarlo al compañero.
Le sigue faltando garra, casta, coraje y fuelle, sobre todo el fuelle, la rabia, comerse literalmente al rival, tenemos un equipo en el que más de la mitad creo, SON INTERNACIONALES, una plantilla mejor que la del año pasado ¿?, pero faltan 15 jornadas, 45 puntos de vellón, tenemos 26, y de tanto alejarnos para hacernos la foto con la que conmemorar otra temporada en Europa, no vemos que nos acercamos al precipicio.
Como resumen del partido, nos quedaremos con ese cabezazo al palo de Negredo, eso palo, cabeza, Negredo… que cada cual lo entienda como quiera, pero yo ya empiezo a estar cansado, ¿dónde está ese delantero que se fichó?, ¿no está contento?, ¿tampoco es este Sevilla lo que él esperaba?
No estoy crucificando a Negredo pero se lleva su parte de culpa como otros o casi todos, por no despertar de esta peligrosa apnea que nos puede llevar a las profundidades más profundas.
Mal debut de Michel que ayer no daría crédito a lo que vio en el terreno de juego, con la plantilla que tiene y lo poco que carbura, nada Michelito, esta semana yo les pondría cuatro horas diarias de videos, desde 2004 hasta 2010, incluyendo los homenajes a Antonio Puerta.
Malos tiempos para la lírica es lo que se puede leer en la cabecera de este post, haciendo un pequeño homenaje al grupo “Golpes Bajos” que creara esta canción allá por el año 1983, ¡Dios! Cómo ha llovido desde entonces. Malos tiempos para la lírica y es que la afición no da más de sí, los incondicionales seguirán cantando pero sin encontrar aquellas respuestas que antaño fueron el “Himno del Centenario”, “Guardianes de Nervión”, “Lo lo lo lo”, “Glasgow Glasgow” y un sinfín de canciones que le inyectaban al equipo la casta, el coraje y la adrenalina o… como diría el inolvidable Giulio: “Testiculina”, y el equipo remontaba cualquier resultado en contra, marcaba cualquiera, hasta el portero.
Malos tiempos para la lírica, sí, escribir algo coherente, con sentido y no caer en calentamientos globales de los polos y hemisferios del Ramón Sánchez Pizjuán, para no dañar la moral de nuestros jugadores o no buscarse enemigos en tus propias filas, defensores muchos de aquellos a los que ajusticiaron cuando los vientos soplaban mejores que los de ahora.
Malos tiempos para la lírica, porque no hay ánimos para animarse siquiera uno mismo, cantar, gritar, celebrar… para acabar algunos pitando y otros pitando a los que pitan, es entendible pero quizás no comprensible. Todos hablamos de lo magnífica que es la afición sevillista y nos vanagloriamos de ello… sí, pero… ¿y ahora? ¿podemos hacer otro esfuerzo más para unirnos en un solo cántico? ¿Seremos capaces pase lo que pase el sábado frente al Osasuna de coger todos el mismo tono? Ojalá que este sábado dejen de pitar los que pitan a los que pitan. Ojalá que este sábado vuelvan los cánticos que quedaron atrapados en los rincones del Ramón Sánchez Pizjuán, convertidos en enmudecidos ecos.
Malos tiempos para la lírica, malos tiempos que han de pasar y ojalá más pronto que tarde, pues, como dice el refrán: “No hay mal que cien años dure”.
Hasta la victoria… siempre.
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