El triunfo del Sevilla FC ante un Real Zaragoza reforzado en invierno y que vino a atar a los de Nervión, sobre todo en el centro del campo, nos hace soñar a algunos y empezar a hacer cuentas a otros, pero... lo de las cuentas no lo tengo claro, a la vista está lo que unos, sin haber empezado la liga ya tenían ganados no sé cuantos puntos y al final de temporada pulsaron el botón de la planta sótano y otros se creían que le ganarían al Sporting de Gijón y acabaron oyendo aquello de: "vamos deixar-te sem o titulo", u dos u tres, quién sabe.
El de ayer se me antojaba un partido inocuo pero con trampa, que el Sevilla FC lo tenía fácil y que por calidad nosotros nos tendríamos que llevar el gato al agua, pero ete aquí, que llega un tal Murphy y se carga la angá con una fracesita: "si algo va mal puede ir a peor", con respecto al trío arbitral de ayer y sobre todo el señor colegiado, después de lo que llevamos arbitrado en esta temporada no sé portó tan mal, un poquito corto con algunas tarjetas, pero bueno, vale, tuvo la valentía de pitar dos pentaltis a nuestro favor, que, a buen seguro, ya le habrán dado la susodicha colleja y que seguramente ya no volverá a pitarnos igual, el tiempo me dará la razón.
Como digo, las cábalas que vienen haciendo algunos para poder optar a una plaza champions me parece tan inalcanzable como llegar a jugar la Final de la UEFA en Eindhoven, uf, y cada vez que ganábamos, muchos decían... en el siguiente pa casa, y yo... si ya vamos con lo perdío, nos queda siempre lo empatao o lo ganao, pues eso, que quedan ocho finales para poder optar a otra final, y nada más lejos que el partido del sábado frente al Mallorca, ¿otra trampa?, cuando lleguen las doce del sábado os lo cuento.
Juega a nuestro favor y al cincuenta por ciento que el Villarreal tiene que enfrentarse al Valencia y a nosotros, este último es el que más me preocupa y ojalá que ese día tengamos la suficiente casta y el suficiente coraje como para ganar independientemente de los puntos que nos lleven, al menos que la afición vea cómo su equipo después de cómo empezamos la temporada y los baches pillados por el camino, quedemos cuartos o quintos, incluso sextos, porque dentro de todo lo malo acontecido es lo mejor que nos podría pasar.
Dicen que un pesimista es un optimista disfrazado, y la realidad no es otra que estamos a 9 puntos y que hay opciones, pero hay muchos factores que van a influir en la situación final.
Por si acaso yo a la lechera le he regalado un cántaro de acero inoxidable para que, al menos si se le cae que no se rompa y pueda seguir haciendo sus cuentas.
Hasta la victoria siempre.
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