Se veía venir, los reiterados comentarios de O Fabuloso en sus desplazamientos a Brasil, hacían ver que nuestro Luisfa se quería marchar a su tierra, volver a su punto de partida, se nos va al Sao Paulo, su trayectoria aquí en las seis temporadas vistiendo nuestra camiseta, deja un bagaje de seis títulos.
A pesar de no haber tenido una línea ascendente, con malas rachas pero con goles espectaculares, nos deja en su marcador la friolera de 106 dianas, ha sido un jugador en algunos casos complicado en cuanto a estado anímico se refiere, pero lo que no le quita nadie es que ha pertenecido al mejor equipo del mundo durante dos años consecutivos, dos uefas consecutivas, una supercopa, dos copas del rey y una supercopa de España, casi nada, cuánto no hubieran dado aquellos Davor Suker, Tsartas, Maradona, incluso Biri Biri por haber jugado en esta década prodigiosa protagonizada por el mejor equipo de Andalucía y parte del extranjero.
Tú abriste la lata en aquella noche mágica de nuestra primera final, entrando a formar parte de la historia de nuestro club, empezaste a despertarnos del letargo en el que habíamos estado inmersos durante mucho tiempo, empezamos a ver que aquellos sueños de niños se podían cumplir, y cómo se cumplieron, nuestra primera final y con goleada.
Cierto es que ha habido claros altibajos en tu estancia, que la grada a veces ha podido ser injusta contigo, incluso yo, cuando te he visto cabizbajo, sin ganas, porque un jugador como tú, apodado O Fabuloso, no podía deambular por el campo, tenía que salir a comerse al rival, a pelearlas todas, cada centímetro de césped, porque éste era y es el equipo de la casta y el coraje, todos queríamos ver a un Luis Fabiano encumbrado en lo más alto.
Hoy se cumple tu sueño, hoy se rompen los nuestros, pero, como todo en la vida, hay un principio y un final, me alegro por ti, porque vuelves al sitio que te vio crecer y eso es bueno, muy bueno, no perder nunca el punto de partida, para poder hacer al final el balance de lo que hemos sido en la vida.
Gracias por los buenos y no tan buenos momentos que nos has dado, la afición sevillista es justa con aquellos que se sacrifican por sus colores,y tú ya eres parte inseparable de nuestra historia y qué historia, ni diez años y lo que hemos cantado, llorado, reído, sentido y vivido, intensamente, de golpe.
Te vas, pero sé que volverás como muchos otros han vuelto, a esta tú casa, volverás y se te encogerá el corazón y el alma cuando pases por debajo de ese azulejo de preferencia, y llorarás, seguro que llorarás.
Luisfa... recuerda que siempre nos quedará Eindhoven.
Hasta siempre O Fabuloso.
A pesar de no haber tenido una línea ascendente, con malas rachas pero con goles espectaculares, nos deja en su marcador la friolera de 106 dianas, ha sido un jugador en algunos casos complicado en cuanto a estado anímico se refiere, pero lo que no le quita nadie es que ha pertenecido al mejor equipo del mundo durante dos años consecutivos, dos uefas consecutivas, una supercopa, dos copas del rey y una supercopa de España, casi nada, cuánto no hubieran dado aquellos Davor Suker, Tsartas, Maradona, incluso Biri Biri por haber jugado en esta década prodigiosa protagonizada por el mejor equipo de Andalucía y parte del extranjero.
Tú abriste la lata en aquella noche mágica de nuestra primera final, entrando a formar parte de la historia de nuestro club, empezaste a despertarnos del letargo en el que habíamos estado inmersos durante mucho tiempo, empezamos a ver que aquellos sueños de niños se podían cumplir, y cómo se cumplieron, nuestra primera final y con goleada.
Cierto es que ha habido claros altibajos en tu estancia, que la grada a veces ha podido ser injusta contigo, incluso yo, cuando te he visto cabizbajo, sin ganas, porque un jugador como tú, apodado O Fabuloso, no podía deambular por el campo, tenía que salir a comerse al rival, a pelearlas todas, cada centímetro de césped, porque éste era y es el equipo de la casta y el coraje, todos queríamos ver a un Luis Fabiano encumbrado en lo más alto.
Hoy se cumple tu sueño, hoy se rompen los nuestros, pero, como todo en la vida, hay un principio y un final, me alegro por ti, porque vuelves al sitio que te vio crecer y eso es bueno, muy bueno, no perder nunca el punto de partida, para poder hacer al final el balance de lo que hemos sido en la vida.
Gracias por los buenos y no tan buenos momentos que nos has dado, la afición sevillista es justa con aquellos que se sacrifican por sus colores,y tú ya eres parte inseparable de nuestra historia y qué historia, ni diez años y lo que hemos cantado, llorado, reído, sentido y vivido, intensamente, de golpe.
Te vas, pero sé que volverás como muchos otros han vuelto, a esta tú casa, volverás y se te encogerá el corazón y el alma cuando pases por debajo de ese azulejo de preferencia, y llorarás, seguro que llorarás.
Luisfa... recuerda que siempre nos quedará Eindhoven.
Hasta siempre O Fabuloso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario