Ayer comentaba que Alfonso Nieto se había desplazado hasta Gijón para ver a su equipo de toda la vida y que ojalá hubiera disfrutado de una victoria, pero nada de nada.
Apático y sin ideas, así se mostró nuestro equipo (esta es mi humilde opinión en mi cutreblog), no quiero con esto dar a entender que critico al equipo, al menos es una crítica constructiva desde mi humilde punto de vista y que yo no entiendo de futbol.
Como dice el gran Giulio Guerrera, ya la alineación daba pie a las dudas de siempre, si ante el Atlético de Madrid el 4-1-4-1 fue un cambio radical a la forma de jugar de nuestro Sevilla, ¿cómo volviamos al 4-4-2.
Lo más extraño es ver a Renato en los tres goles "intentando" defender, ¿desaplicación en defensa?, el primer gol, a mi entender siempre, viene de una falta no pitada en nuestro área, pero como yo nunca tiro del manual futbolístico y los manuales arbitrales se los suelen pasar por ciertas partes, pues eso, vino el primer gol.
Confiaba en que mi Sevilla supiera sobreponerse ante el varapalo, pues había mucho tiempo por delante y quizás en una "genialidad" del apático Luis Fabiano pudieramos conseguir el empate, porque ya, de verdad, no lo veo en el campo, es jugar con diez, además de caer en el juego sucio subterráneo al que le sometió Gregory.
De Negredo nada de nada, porque con Luisfa a su lado queda anulado también. Fallos en algunos pases largos arriesgando que el Sporting nos montara una contra, no una, un ciento.
Como digo, la defensa hizo aguas, en el tercer gol, hasta tres jugadores del Sporting reciben el balón completamente solos.
Cierto es que los de Preciado salieron con muchas ganas desde el minuto uno hasta el final y buscaron el gol en cada jugada como si les fuera la vida en ello, casta y coraje, justo lo que nos faltó a nosotros.
El Sevilla tuvo sus ocasiones, pero unas ocasiones que no tenían peligro alguno, no hay excusas al posible penalti a Luis Fabiano y mucho menos que le reclamara al árbitro que le habían golpeado en la cara porque en la repetición de la jugada se vio claro que nada de nada.
Mucho ha de trabajar Gregorio Manzano y sobre todo con el delantero de la canariña, pues sigue mostrando la misma actitud, protestarlo todo, absolutamente todo, y a mí, no me gusta absolutamente este tipo de actitud en el campo para un jugador que dicen vale mucho.
Ayer, comentando el partido con unos amigos, les dije que observaran a algunos jugadores, es como si el campo lo hubieran parcelado y de ahí no salían o no sabían seguir, no supimos aprovechar la dureza o el juego directo que nos brindó el Sporting para buscar esas faltas al borde del área, pecamos en lentitud a la hora de tocar el balón, pero bueno, siempre no se va a ganar y esto le tiene que servir a Gregorio Manzano para rectificar en estos errores ante equipos que al final de la liga estarán donde estén, con todos mis respetos hacia el Sporting de Gijón, supieron aprovechar sus oportunidades y a nosotros nos toca volver a levantarnos.
Queda tiempo, pero como dice la canción de Pablo Milanés: "el tiempo el implacable, el que pasó" no es para desperdiciarlo, pues nuestros rivales del 3º al 6º puesto pueden distanciarse bastante y ya hemos perdido muchos puntos.
Hasta la victoria siempre y ojalá que cambie el viento y sople a favor nuestro alguna vez.
Apático y sin ideas, así se mostró nuestro equipo (esta es mi humilde opinión en mi cutreblog), no quiero con esto dar a entender que critico al equipo, al menos es una crítica constructiva desde mi humilde punto de vista y que yo no entiendo de futbol.
Como dice el gran Giulio Guerrera, ya la alineación daba pie a las dudas de siempre, si ante el Atlético de Madrid el 4-1-4-1 fue un cambio radical a la forma de jugar de nuestro Sevilla, ¿cómo volviamos al 4-4-2.
Lo más extraño es ver a Renato en los tres goles "intentando" defender, ¿desaplicación en defensa?, el primer gol, a mi entender siempre, viene de una falta no pitada en nuestro área, pero como yo nunca tiro del manual futbolístico y los manuales arbitrales se los suelen pasar por ciertas partes, pues eso, vino el primer gol.
Confiaba en que mi Sevilla supiera sobreponerse ante el varapalo, pues había mucho tiempo por delante y quizás en una "genialidad" del apático Luis Fabiano pudieramos conseguir el empate, porque ya, de verdad, no lo veo en el campo, es jugar con diez, además de caer en el juego sucio subterráneo al que le sometió Gregory.
De Negredo nada de nada, porque con Luisfa a su lado queda anulado también. Fallos en algunos pases largos arriesgando que el Sporting nos montara una contra, no una, un ciento.
Como digo, la defensa hizo aguas, en el tercer gol, hasta tres jugadores del Sporting reciben el balón completamente solos.
Cierto es que los de Preciado salieron con muchas ganas desde el minuto uno hasta el final y buscaron el gol en cada jugada como si les fuera la vida en ello, casta y coraje, justo lo que nos faltó a nosotros.
El Sevilla tuvo sus ocasiones, pero unas ocasiones que no tenían peligro alguno, no hay excusas al posible penalti a Luis Fabiano y mucho menos que le reclamara al árbitro que le habían golpeado en la cara porque en la repetición de la jugada se vio claro que nada de nada.
Mucho ha de trabajar Gregorio Manzano y sobre todo con el delantero de la canariña, pues sigue mostrando la misma actitud, protestarlo todo, absolutamente todo, y a mí, no me gusta absolutamente este tipo de actitud en el campo para un jugador que dicen vale mucho.
Ayer, comentando el partido con unos amigos, les dije que observaran a algunos jugadores, es como si el campo lo hubieran parcelado y de ahí no salían o no sabían seguir, no supimos aprovechar la dureza o el juego directo que nos brindó el Sporting para buscar esas faltas al borde del área, pecamos en lentitud a la hora de tocar el balón, pero bueno, siempre no se va a ganar y esto le tiene que servir a Gregorio Manzano para rectificar en estos errores ante equipos que al final de la liga estarán donde estén, con todos mis respetos hacia el Sporting de Gijón, supieron aprovechar sus oportunidades y a nosotros nos toca volver a levantarnos.
Queda tiempo, pero como dice la canción de Pablo Milanés: "el tiempo el implacable, el que pasó" no es para desperdiciarlo, pues nuestros rivales del 3º al 6º puesto pueden distanciarse bastante y ya hemos perdido muchos puntos.
Hasta la victoria siempre y ojalá que cambie el viento y sople a favor nuestro alguna vez.
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