Dicen que un animal herido es más peligroso aún si se le acorrala. Hoy lo hemos podido comprobar. Desde un principio, nuestro Sevilla FC ha salido a por el partido, aunque aún se ven algunos errores a la hora de dar algún que otro pase, la falta de entendimiento en los metros finales no nos ha dejado ganar con un marcador más cómodo. Emerit no alineó de salida a Soldado quizás pensando el partido que tiene a las puertas, hemos visto un Valencia rácano en los primeros minutos, consecuencia de ello ha sido en una jugada en la que Negredo, de espaldas a la portería conecta el balón y que tras ser rechazado conecta Kanouté, allá por el minuto cinco o seis de partido, y empieza la misma historia de siempre, gol anulado, gol legal, si en mi mensaje a Alvarado le solicitaba una gorra para Juan Ramón Morales, no hubiera estado de más el que Monchi le dejara su famosa gorra de portero al linier de fondo, creo que el sol le ha podido o se le ha aparecido el Santo Fermín, el del banderín.
Visto esto, empezaba a recordar ciertos partidos que nos sacaron de una final y en los que nos anularon dos goles, mi temor era que el Valencia reaccionara y se lanzara al ataque antes de volver a verle las orejas al lobo.
Nada de nada, el Valencia seguía con su juego aburrido y pausado, corrían los minutos y el Sevilla trataba de desenmarañar a su rival, el niño Jesús, se arranca y mete esa velocidad extra que tiene en sus "piennas" (va por ti Cabrera) y supera todo lo superable para darle ese balón al único que sabe recibirlos para hacerlos efectivos, la pantera malí, el gigante ralentizado, y como diría Mister Cruyff "otomaticamente gol", pues eso, gol de Kanouté, gol del illuminati.
Extrañamente, el Valencia no tiene prisas, sacan los corners con parsimonia, hay tiempo, pero esta morriña le podía haber costado algún que otro golito más antes del descanso si, como dije al principio, no hubieramos fallado en algunos pases, y esto se puede corregir, pero hay que espabilar, sobre todo Alvarito, hoy no le he visto demasiado enchufado, sobre todo en la segunda parte, cuando más falta nos hacía al quedarnos con diez.
Dieguito Perotti, que lleva también algunos partidos raros, o al menos a mí me lo parece, pudo marcar un golazo en un disparo magnífico desde fuera del área que atajó con apuros el portero Valencianista. No sé por qué Dieguito no hace esto más a menudo, ya que no desborda tanto en ocasiones, al menos alguna que otra internada para disparar puede hacer, siempre puede haber un rechace.
Lo de la final viene ahora, cuando Trochovski provoca una falta, innecesaria a mí entender, en el centro del campo y ve la segunda cartulina, o se olvidó que ya tenía una o yo qué sé, el caso es que nos quedamos con diez y todavía quedaba un mundo de partido. El Valencia ve el cielo abierto, pues Trochovski había venido haciendo un buen partido y junto a Gary Medel tenían controlado el centro del campo, por cierto, ¿a Medel no se le puede dar algo para que crezca una cuarta más? solo una cuarta, de esa manera, además de llevarse casi todos los balones por bajo se los llevaría en los saltos seguro, hay que fijarse en él cuando no tiene el balón, echándole la bronca o avisando de las posiciones del rival, lo controla todo, la posición de los compañeros y la del rival.
Pues como decía, nos quedamos con diez y ante el mazazo el Valencia se viene arriba, empieza a crear alguna que otra internada provocando en una de ellas una intervención de Javi Varas para verla a cámara lenta o enmarcarla, con casi algo más de media hora por delante y Soldado y Canales calentando, miedo me daba pensar que se nos podía torcer el resultado con este imprevisto, pero la Ley de Murphy dice: si algo puede ir a peor irá a peor, maldito Murphy, se podía haber quedado en el limbo, las internadas valencianistas al borde del área hacían presagiar lo peor, messié Escudé derriba a un contrario y penalti y expulsión, YO ME LEVANTO Y ME VOY, tal como reza el eslogan de Quédate a mi lado, y hay testigos, me levanté y me fui, me encomendé a San Palop y.... al poste, no me lo podía creer, habían errado el disparo.
A partir de ahí y con nueve jugadores u ocho, según se mire, lo digo por Alvarito, el Valencia se empezó a frotar las manos y más aún con Canales y Soldado arriba, la suerte se nos pone un poco cara con la expulsión de Aduritz por un pisotón a Spahic creo, y que esta vez el linier de fondo ve con claridad, seguimos con inferioridad numérica pero esto es otro cantar, alguien dijo una vez que con diez se juega mejor, pues con 9 ni te cuento, faltando veinte minutos y un Valencia venido a más, jugar, lo que se dice jugar no jugamos, pero defendernos y defender el resultado con uñas y dientes, lo hemos defendido todos en la grada y en el campo.
Ahora, lo mejor de lo mejor de lo mejor, ha sido el final del partido, y me refiero a ese LO LO LO VAMOS MI SEVILLA, VAMOS CAMPEÓN que ha entonado la grada con el mismo sentimiento y orgullo que cuando le ganamos al Schalke con el gol de don Antonio Puerta, de verdad, lo había escuchado en otras ocasiones, pero con desgana, por cantar algo, pero lo de hoy como diría Caparrós, pues eso, los pelos como escarpias, venían algunos ya con los clavos y el madero para la crucifixión de Marcelino y no ha sido así, ha sido la Entrada en Jerusalén, felicidades a todos, porque nos esperan en ESTA LIGA INJUSTA muchos partidos como éste, de los que hacen afición y comunión.
HASTA LA VICTORIA... SIEMPRE.
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